El consumo medio diario de sal alcanza unos 11 gramos, lo que significa que es más del doble de lo recomendado por los expertos. Esta cantidad incluye tanto la sal que se añade del salero como la que se encuentra oculta en los platos preparados y los productos procesados.
Problemas con el exceso de sal en la ingesta diaria
Actualmente, el consumo de sal es de unos 11 g, lo que significa que ha disminuido desde los 15 g por persona al día en 1998. Sin embargo, sigue siendo el doble de lo que debería ser: según la , no debería superar los 5 g al día.
Curiosamente, los que más sal consumen, hasta 16 g al día, son los jubilados y pensionistas, entre los que prevalece la creencia de que una buena comida debe ser salada.

También es preocupante que el consumo elevado de sal afecte también al grupo de los niños: el 90 % de los menores de 3 años. En este caso, se trata de malos hábitos transmitidos por los padres.
Los 10 productos más salados:
- aperitivos salados: en primer lugar, cabe mencionar las patatas fritas, los palitos, las galletas saladas y los frutos secos, a los que los fabricantes suelen añadir sal;
- embutidos: para su elaboración se utiliza una gran cantidad de sal;
- conservas: los alimentos enlatados son muy salados y a menudo carecen de valor nutricional;
- encurtidos: también aportan grandes cantidades de sal, y la sal se añade como conservante, entre otras cosas, a los productos procesados;
- adobos: la mayoría de los adobos contienen sal;
- Sopas en polvo: los platos instantáneos contienen una gran cantidad de sal.
- Ahumados: en el proceso de ahumado también se utiliza una gran cantidad de sal.
- Maggi/Vegeta: estas especias contienen sal en su composición.
- Pan y pasta: para su elaboración también se necesita sal.
- pasteles dulces: se añade al batir las claras, al freír y a la masa quebrada.
Cabe recordar que un consumo excesivo también puede suponer un mayor riesgo de desarrollar cáncer de estómago y esófago, o cálculos renales.

Pero los efectos negativos del consumo excesivo de sal no terminan ahí. Una cantidad excesiva en la dieta puede provocar muchos problemas de salud, entre ellos:
- hipertensión arterial: la sal aumenta la presión sanguínea.
- infarto de miocardio: los vasos sanguíneos sobrecargados se dañan más rápidamente.
- Accidentes cerebrovasculares: la hipertensión es uno de los factores de riesgo más importantes.
- Daño renal: incluyendo cálculos renales y enfermedad renal crónica.
- Retención de líquidos en el organismo: hinchazón, sensación de pesadez.
- Insuficiencia cardíaca: el corazón trabaja con mayor esfuerzo.
- Pérdida de calcio de los huesos y mayor riesgo de osteoporosis.
- Resistencia a la insulina: la sal puede alterar el metabolismo de la glucosa.
- Sed intensa y deshidratación celular.
¿Cómo reducir el consumo diario de sal? He aquí algunos ejemplos:
- elija productos con menor contenido en sodio y preste atención a las etiquetas,
- limite el consumo de alimentos altamente procesados, en los que suele encontrarse sal oculta,
- añada menos sal y poco a poco se acostumbrará a un sabor más suave,
- sustituya la sal por hierbas aromáticas y especias naturales,
- utilice con más frecuencia ingredientes frescos en lugar de platos preparados,
- controle el consumo de pan, embutidos, quesos y aperitivos salados, ya que son los que aportan más sal al día,
- en lugar de verduras encurtidas, elija verduras frescas o cocidas.