La técnica tiene el mérito de ser barata y ya está haciendo temblar (no) a los fabricantes de alarmas domésticas. La tendencia, que apareció hace unos años, vuelve cíclicamente a las redes sociales. Este verano, cuando muchos franceses se iban de vacaciones, volvió con fuerza. Según varios vídeos que se han vuelto virales, el papel de aluminio sería un truco formidable para proteger la casa de los robos. Bastaría con enrollar una hoja arrugada alrededor de la manilla de la puerta para protegerse. En concreto, la idea se basa en varios argumentos:

- El ruido del aluminio al arrugarse al entrar en contacto con la mano o una herramienta podría asustar y disuadir a los ladrones.
- Si los ocupantes están en casa, el ruido también podría alertar de una posible intrusión.
- En caso de intento de robo, el papel rasgado serviría como «prueba».
Un truco poco brillante
Como es lógico, la policía y los profesionales del sector no ven con buenos ojos este método. Ya en 2024, la policía alemana había pedido prudencia ante este truco casero, que no es realmente eficaz en caso de robo. Además de no cumplir ningún requisito de seguridad oficial, el principal argumento a favor de este método es rápidamente cuestionable. El arrugamiento del aluminio, si se produce, puede pasar desapercibido, especialmente si los habitantes no se encuentran en las inmediaciones o están durmiendo.

En términos más generales, esta tendencia pone de relieve la facilidad con la que se propagan las noticias falsas en las redes sociales. Al creer erróneamente que están protegidos, algunos internautas demasiado crédulos podrían descuidar la adopción de medidas reales y más eficaces, como la instalación de una alarma o la elección de una cerradura conectada. Sobre todo porque los ladrones no se limitan a la puerta de entrada. Las ventanas, las puertas de los balcones, los sótanos, los garajes… siguen siendo puntos de intrusión importantes. En este caso, envolver el pomo de la puerta no protege. Este «truco» no debe sustituir en ningún caso a las buenas prácticas y al sentido común: cerrar con llave todas las salidas, no esconder nunca las llaves en el exterior, estar atento a las idas y venidas sospechosas en el vecindario y, si es posible, invertir en alarmas conectadas o cerraduras certificadas. Una puerta blindada o una cerradura multipunto son protecciones mucho más fiables que un trozo de papel de aluminio. Por supuesto, son más caras.