Los floristas han ocultado este secreto durante años: el agua de los huevos cocidos hace maravillas con las plantas de interior.

Muchas amas de casa, por costumbre, vierten el agua después de hervir los huevos directamente en el fregadero, sin pensar en sus propiedades beneficiosas. Sin embargo, este caldo contiene una cantidad significativa de calcio, que pasa de la cáscara del huevo durante el proceso de tratamiento térmico.

Este macronutriente hace que el líquido sea un valioso fertilizante para diversas plantas. El uso correcto del agua de los huevos ayuda a acelerar el crecimiento de los cultivos ralentizados y a restaurar los ejemplares marchitos. Al mismo tiempo, es importante tener en cuenta las características específicas de cada planta y sus necesidades nutricionales. El uso adecuado de este fertilizante permite obtener resultados notables sin gastos adicionales. Veamos cómo utilizar el agua de los huevos con el máximo beneficio.

Veamos cómo utilizar el agua de los huevos con el máximo beneficio.

Después de hervir los huevos, en el agua queda calcio disuelto, que se desprende de la cáscara al calentarse. Para el ser humano, el consumo de este caldo no tiene sentido, pero las plantas de interior y de jardín responden bien a este tipo de abono. El líquido estimula el desarrollo del sistema radicular y de la parte aérea de los cultivos.

Cómo aplicar correctamente el agua de huevo:

Paso 1. Enfríe el agua después de hervir los huevos a temperatura ambiente.

Paso 2. Riegue previamente las plantas con agua estancada normal para humedecer el suelo.

Paso 3. Después de 15-20 minutos, aplique el agua de huevo bajo la raíz de la planta.

Paso 4. Repita el procedimiento no más de una vez a la semana.

Riegue previamente las plantas con agua estancada normal para humedecer el suelo

La humectación previa del suelo con agua corriente garantiza una mejor absorción del calcio por las raíces y evita posibles quemaduras en el sistema radicular. El uso regular de la decocción ayuda a reanimar las plantas debilitadas y activa el crecimiento de los cultivos que han detenido su desarrollo.

El agua de huevo es adecuada para tomates, berenjenas, lechugas, arbustos y árboles frutales. Estos cultivos reaccionan positivamente al aporte adicional de calcio. Sin embargo, hay plantas para las que este tipo de abono está contraindicado, como las violetas, las azaleas, las hortensias, los pepinos y las fresas. Las especies mencionadas prefieren un suelo ligeramente ácido, y el calcio desplaza el pH hacia el lado alcalino, lo que afecta negativamente a su desarrollo.

Al utilizar agua de huevo, es necesario tener en cuenta el equilibrio general de nutrientes. Si las plantas reciben regularmente fertilizantes complejos, el exceso de calcio puede provocar un desequilibrio mineral y un deterioro del estado de los cultivos. La sobrealimentación es tan perjudicial como la falta de nutrición, por lo que se recomienda alternar diferentes tipos de fertilizantes y observar la reacción de las plantas.