No sería exagerado afirmar que sin ellas no existiría la cocina polaca. Son fáciles de conseguir, baratas, saciantes y se pueden preparar de cientos de maneras diferentes. ¿El producto perfecto? No del todo. Esta verdura nutritiva, rica en fibra, potasio y vitamina C, puede ser muy perjudicial para nuestra salud. El jardín botánico de Hamburgo los declaró «planta venenosa del año» en 2022.
Tras su ingestión, aparecen dolores de estómago, vómitos y diarrea, y en casos más graves también fiebre, dolor de cabeza y confusión. A largo plazo, tienen un efecto nocivo sobre el sistema nervioso y el veneno que contienen se acumula en el organismo.
Las patatas pueden ser venenosas

Y aunque nuestras queridas patatas han sido consideradas «la planta tóxica del año», no hay motivos para entrar en pánico. Sin embargo, hay que tener cuidado. La solanina es la responsable de su efecto tóxico, y se encuentra en mayor cantidad en las patatas inmaduras, verdes y germinadas. De hecho, es mejor no comer este tipo de patatas.
Es importante saber que el tratamiento térmico a altas temperaturas no es capaz de eliminar por completo la solanina. Cocinar, freír u hornear no sirve de nada. Lo más seguro es tirar las patatas verdes y germinadas.
¿Cómo comer patatas sin correr el riesgo de intoxicación?

El tono verde de las patatas aparece tanto en los tubérculos inmaduros como en los que comienzan a germinar. Es una señal de que el nivel de glicoalcaloides (solanina y chaconina) está aumentando en el vegetal. En pequeñas cantidades son inofensivos, pero su exceso puede provocar síntomas como presión arterial baja, pulso acelerado o confusión. En casos extremos, la intoxicación puede ser mortal. Por lo tanto, las patatas con manchas verdes deben desecharse sin falta.
Las patatas germinadas también son objeto de controversia. La mayor parte de las sustancias tóxicas se acumulan en la zona de los brotes y los ojos. Sin embargo, si cortamos estas partes con un margen de aproximadamente 1 cm, podemos eliminar la mayor parte de los glicoalcaloides. También es importante someter las patatas a un tratamiento térmico adecuado, ya que crudas o poco cocidas pueden ser igualmente peligrosas.
La piel contiene valiosos nutrientes, como fibra y vitaminas, pero también es un lugar donde pueden acumularse pesticidas y solanina. La decisión de pelar las patatas debe depender de su calidad y del método de cultivo. Vale la pena recordar que comer la piel puede ser saludable, pero en algunos casos es mejor evitarla.