Algunos ciclos de lavado muy utilizados son bastante desconocidos. ¿Sabías que el buen viejo programa rápido es el que más gasta de todos? Incluso el técnico especializado al que hemos contactado lo desaconseja. Veamos por qué consume más y cómo prescindir de él sin sacrificar la limpieza de la ropa.
El programa rápido, campeón del derroche
Debe evitarlo en la medida de lo posible. Es bastante contrario a la intuición, es cierto, pero tenga en cuenta que no porque un programa de lavadora dure menos tiempo consuma menos. Las máquinas modernas ofrecen programas diseñados para optimizar el agua y la electricidad: el programa rápido no es uno de ellos. Así que, aunque la promesa de ropa limpia en pocos minutos resulte bastante atractiva sobre el papel, ¡le recomendamos que lo evite!

Ni siquiera hace falta realizar pruebas exhaustivas para darse cuenta. Según los modelos de lavadora, la pantalla (o una aplicación) puede mostrar una estimación (kWh/litros, barras o iconos) del consumo de cada programa. Al cambiar estos últimos con la rueda, se ve inmediatamente que el consumo estimado de agua y electricidad aumenta cuando se pasa al programa rápido. Peor aún: el ciclo corto suele iniciarse con el tambor medio vacío, ya que normalmente se busca lavar unas pocas prendas urgentes. Una carga demasiado pequeña también significa una máquina menos eficiente.
Entonces, ¿qué programa de lavadora es el más adecuado?
Ya lo hemos entendido, hay que evitar los ciclos cortos. Entonces, ¿qué hacer? ¿Buscar programas muy específicos y adaptados a la ropa? No necesariamente. En cuanto al consumo, algunos son aún peores que los programas rápidos (por ejemplo, los de sintéticos o algodón) y el resultado final no es necesariamente mejor.
Queda el modo ECO. Hoy en día, casi todas las máquinas tienen un equivalente. Diseñado para reducir el coste de agua y electricidad, este programa baja la temperatura de lavado y se basa en los sensores de la máquina para ajustar automáticamente el volumen de agua a la carga. Para compensar la pérdida de calor, la lavadora alarga el ciclo —entre una hora y media y tres horas— y garantiza así una limpieza completa.

Algunas precisiones:
- Si tiene una lavadora-secadora, tenga en cuenta que nada consume más electricidad que el secado.
- Por supuesto, no todos los modelos son iguales. Los modos ECO más eficaces suelen encontrarse en las máquinas modernas y de gama alta.
- Para prolongar la vida útil de su máquina, es importante variar los programas. No es buena idea lavar la ropa sistemáticamente en modo ECO, aunque es importante darle prioridad.
Uso diario y gestos que marcan la diferencia
Como ya ha comprendido, el ciclo corto debe reservarse para casos de emergencia. En otras palabras, solo debe poner en marcha su programa rápido en casos muy concretos, cuando no tenga otra alternativa. Incluso para la ropa poco sucia, es mejor esperar a llenar correctamente la cesta y aprovechar toda la capacidad del tambor, para que cada ciclo sea realmente eficaz.
Un pequeño recordatorio útil: ahorrar agua y electricidad está muy bien, pero ahorrar detergente y suavizante es aún mejor. Además de costarle un ojo de la cara, la sobredosificación de productos provoca un exceso de espuma que hace que el motor trabaje más y aumenta el consumo de energía. Peor aún: ¡puede incluso dañar su lavadora y su ropa! A menudo hay indicaciones de dosificación que hay que respetar, así que sígalas. ¡No por poner más detergente va a tener la ropa más limpia!
Por último, no olvide que es importante poner en marcha las lavadoras cuando estén bien llenas. Llene su aparato hasta su capacidad máxima recomendada: ponerlo en marcha medio vacío aumenta innecesariamente el consumo de agua y energía.