Un simple gesto limita la formación de escarcha y reduce el consumo eléctrico diario de su congelador.
Cuando se acumula hielo en el congelador, el motor funciona con más frecuencia, consume más y desperdicia parte de su electricidad. Con una simple hoja de papel de aluminio, puede transformar esta tediosa tarea de descongelación en una rutina rápida. En pocos minutos, el aparato recupera una temperatura estable, paredes limpias y una capacidad de almacenamiento realmente útil. El gesto es sencillo y casi no requiere ningún material.
Por qué es un problema el hielo en el congelador
En la mayoría de los hogares, primero aparece una fina capa de escarcha en las paredes que se va espesando con el paso de las semanas. Se desliza por las rejillas, ocupa los ángulos y hace que cada bandeja sea más difícil de abrir. Poco a poco, el frío circula menos bien por todo el volumen.
El motor tiene que funcionar más tiempo para mantener una temperatura suficientemente baja en el interior. Este consumo excesivo se nota a la larga en la factura de la luz y desgasta más rápidamente los componentes. Los fabricantes recomiendan descongelar completamente el congelador al menos cada seis meses para mantener el rendimiento del aparato.
En realidad, a menudo se espera demasiado y la capa de hielo supera ampliamente el medio centímetro antes de actuar. Un buen hábito consiste en programar una descongelación tan pronto como aparezca este espesor. De este modo, mantendrá un congelador más reactivo, fácil de organizar y listo para recibir nuevos productos congelados.
Lo que cambia este truco en el día a día
El método clásico consiste en vaciar el congelador, desenchufarlo y esperar a que el hielo se derrita lentamente. Esta solución funciona, pero monopoliza el aparato durante horas y complica la conservación de los productos congelados. Muchos renuncian a descongelar regularmente por falta de tiempo y espacio disponible.
El truco con el papel de aluminio simplifica la operación y acorta el tiempo de descongelación. Se cubren las paredes con láminas de aluminio, se calienta una cacerola con agua y se coloca en el congelador cerrando la puerta. El calor y el vapor se difunden rápidamente por todo el espacio frío.
El papel de aluminio actúa aquí como transmisor térmico entre la cacerola y las paredes recubiertas. Muy conductor, transmite el calor y ablanda el hielo mucho más rápido que una simple descongelación natural. En pocos minutos, el hielo se desprende, lo que reduce el esfuerzo físico y la duración de la operación.
Cómo eliminar el hielo de forma rápida y segura
Empiece por sacar los alimentos congelados y colóquelos en una bolsa isotérmica u otro compartimento frío. A continuación, cubra las paredes interiores con láminas de papel de aluminio, insistiendo en las zonas con más escarcha. El objetivo es cubrir uniformemente las superficies sin arrugarlas en exceso.
Caliente agua en una cacerola lo suficientemente grande como para mantenerse estable sobre una rejilla. En cuanto el agua empiece a hervir, coloque la cacerola en el congelador y cierre la puerta para retener el vapor. Espere unos minutos para que el calor impregne el aluminio y llegue a las capas de escarcha.
A continuación, vuelva a abrir la puerta y retire el hielo ablandado con una espátula sin rayar las paredes. Para las zonas más rebeldes, pase un paño empapado en agua caliente sobre el papel de aluminio para terminar de ablandar el hielo. Termine limpiando con vinagre blanco antes de volver a poner en marcha el congelador.
Cuidar el congelador para reducir la factura de forma duradera
Este descongelado rápido requiere poco material y se integra en el mantenimiento habitual de la cocina. Si vigila regularmente la aparición de hielo y retira unas cuantas hojas de papel de aluminio en cuanto se forme, mantendrá el congelador en buen estado durante más tiempo. El resultado: menos desperdicio, alimentos mejor conservados y un consumo eléctrico más razonable. Su aparato seguirá siendo fiable y sus facturas se verán positivamente afectadas.
