A veces, la calefacción nos juega malas pasadas y, por lo general, buscamos información sobre cómo purgar el radiador. De hecho, los radiadores tibios suelen ser precisamente la causa. Pero, ¿qué pasa si, a pesar de haber realizado las acciones recomendadas, sigue haciendo frío en casa? Es posible que el problema esté en otra parte.
Muchas personas dan por sentado automáticamente que los problemas de calefacción se deben a una instalación con aire. Sin embargo, la realidad es más compleja y, a veces, las soluciones más sencillas no son suficientes. ¿Qué conviene comprobar antes de llamar a un técnico? Te lo explicamos paso a paso.
¿Por qué no funciona la calefacción? Una razón menos obvia

Una de las causas más frecuentes de que el radiador esté frío es que la aguja del cabezal termostático esté bloqueada. Los sedimentos y el cal pueden inmovilizar este elemento clave, impidiendo el flujo de agua caliente.
Solución:
- Desatornille y retire el cabezal termostático.
- Compruebe si la aguja metálica visible se mueve libremente.
- Si está bloqueada, muévala suavemente con unos alicates: tire, empuje, muévala.
- Una vez desbloqueada la aguja, vuelva a colocar el cabezal en su sitio.
El efecto debería ser casi inmediato. Sin embargo, si el problema persiste, es posible que el culpable sea el propio cabezal, que deberá ser sustituido.
Incluso si la válvula termostática funciona correctamente, el calor no llegará al radiador si las válvulas de conexión están cerradas o mal ajustadas. A menudo, después de la temporada de calefacción, alguien las cierra accidentalmente, lo que limita el flujo de agua.
Solución:
- Retire las tapas de la parte inferior del radiador para acceder a las válvulas.
- Compruebe que estén completamente abiertas.
- Si alguna de las válvulas está cerrada, ábrala con cuidado con una llave, evitando dañar la instalación.

A menudo, este sencillo paso es suficiente para que el calor comience a fluir hacia el radiador.
¿No sabe cómo reparar la calefacción? A veces es necesario recurrir a un profesional
En las instalaciones de calefacción más antiguas, con el paso de los años se pueden acumular sedimentos: cal, óxido u otras impurezas. Estos pueden bloquear eficazmente el flujo de agua, especialmente en tuberías estrechas, lo que impide que el calor llegue al radiador.
Si ninguno de los métodos anteriores funciona, vale la pena ponerse en contacto con un fontanero. Un lavado profesional de la instalación puede resolver el problema. El especialista también evaluará si se han producido atascos más graves o si es necesario sustituir algún elemento del sistema.