La humedad interior influye directamente en el confort y la salud de los ocupantes, pero también en la durabilidad de los materiales de construcción. El aire demasiado seco favorece la irritación de las mucosas y las vías respiratorias, mientras que el aire demasiado húmedo crea condiciones propicias para el moho y la degradación de las superficies. Por lo tanto, conocer el nivel de humedad ideal para cada estancia y adoptar las medidas adecuadas para mantenerlo es esencial si se quiere vivir en una vivienda saludable y agradable.
Puntos de referencia de higrometría según las estancias
Entre el 40 y el 50 % en invierno se considera que la higrometría doméstica es ideal. En verano, el rango es un poco superior, entre el 50 y el 60 %. Estos niveles permiten conciliar el confort respiratorio, el bienestar térmico y la conservación del edificio. Sin embargo, algunas habitaciones requieren ajustes precisos en función de su uso y su exposición a la humedad.

Dormitorio
Se recomienda un índice de humedad del 40 % al 55 %. Si el aire es demasiado seco, reseca la garganta y las mucosas. Si es demasiado húmedo, favorece la condensación en las paredes y las ventanas, lo que genera moho. La regulación de la humedad en esta estancia contribuye a la calidad del sueño y al confort respiratorio.
Cocina
Dado que cocinar genera naturalmente mucho vapor de agua, la humedad puede superar rápidamente el 60 %. Para evitar que el vapor se acumule en los muebles y las paredes, lo ideal es un nivel entre el 50 % y el 70 %. La ventilación mecánica y la apertura puntual de la ventana durante y después de cocinar permiten estabilizar el nivel de humedad y limitar el riesgo de condensación.
Cuarto de baño
Aquí es donde las variaciones higrométricas son más importantes. La ducha y el baño producen picos de humedad que pueden alcanzar puntualmente el 80 %, o incluso más. El nivel ideal después de su uso se sitúa entre el 50 % y el 70 %. Para mantenerlo, se recomienda utilizar un sistema de ventilación mecánica controlada (VMC) eficaz, sobre todo si la habitación no tiene ventanas.
Las estancias
En el salón, el comedor o incluso el despacho, el nivel de humedad ideal es del 45 % al 55 %. Estos espacios suelen estar más ventilados y mucho menos expuestos al agua que la cocina o el cuarto de baño. Sin embargo, el uso frecuente de sistemas de calefacción y la presencia de textiles absorbentes requieren un control regular para mantener la higrometría en el rango de confort.
En cuanto a los espacios anexos, como la bodega, el lavadero y la despensa, son naturalmente más húmedos que el resto de la vivienda, ya que no están calefactados. Sin embargo, la higrometría óptima debería situarse entre el 50 % y el 60 %. El exceso de humedad favorece la corrosión, lo que perjudica a las herramientas, y no permite conservar en buenas condiciones las frutas y verduras del huerto. La instalación de un sistema de ventilación adecuado o de un deshumidificador permite mantener un nivel de humedad estable y preservar la calidad de los equipos, los alimentos almacenados y la ropa guardada.
Medir regularmente la humedad interior
Para un control eficaz en cada habitación, es indispensable el uso de un higrómetro. Este pequeño aparato electrónico o mecánico proporciona una lectura inmediata del nivel de humedad relativa y permite seguir su evolución a lo largo de las estaciones. Instalar un higrómetro en las habitaciones sensibles, como el dormitorio, el cuarto de baño o la cocina, permite identificar rápidamente las desviaciones y corregir las condiciones ambientales. Algunos modelos conectados ofrecen un seguimiento continuo y pueden alertar cuando se supera un umbral crítico.
Medidas sencillas para mantener un nivel de humedad ideal en el hogar

Hay varias acciones cotidianas que permiten regular la humedad sin necesidad de realizar grandes inversiones.
Ventilar regularmente sigue siendo la solución más eficaz. Abrir las ventanas varias veces al día, incluso en invierno, favorece la renovación del aire y limita la acumulación de vapor. En las habitaciones muy húmedas, la ventilación debe ser más frecuente y prolongada.
La ventilación mecánica complementa la ventilación natural. Los sistemas de ventilación mecánica controlada (VMC) de flujo simple o doble garantizan una circulación constante del aire y la extracción del exceso de humedad. Un dispositivo bien mantenido permite mantener el aire seco en invierno, cuando la calefacción lo reseca, al tiempo que limita los picos de humedad generados por la cocina o la ducha.
Utilice deshumidificadores si el aire sigue siendo demasiado húmedo a pesar de la ventilación. Los modelos eléctricos recientes permiten ajustar con precisión el nivel de humedad deseado.
Calentar de forma inteligente también ayuda a regular la humedad. Una calefacción moderada y uniforme en todas las habitaciones reduce las zonas frías donde la condensación es más frecuente. Evitar el sobrecalentamiento puntual y mantener una temperatura estable de entre 19 y 21 °C en las estancias ayuda a mantener la higrometría en el rango ideal.
Reducir las fuentes de humedad contribuye a mantener un aire saludable. Es necesario escurrir bien la ropa antes de secarla en el interior, tapar las ollas durante la cocción y utilizar la campana extractora. Complementar con plantas en la vivienda. Los helechos, el spathyphillum, la tillandsia, el chlorophytum y la phalaenopsis son algunas de las plantas que regulan la humedad interior.
Por último, vigilar los materiales y las superficies permite detectar las variaciones de humedad. Las paredes pintadas con acrílico o revestidas con papel pintado absorben y restituyen la humedad más rápidamente que los materiales sintéticos. Observar los puntos de condensación en las ventanas y las paredes indica si el aire es demasiado húmedo y si es necesario tomar medidas adicionales.
Adaptar la humedad a las estaciones
El nivel de humedad interior varía naturalmente según la estación. En invierno, el aire frío del exterior contiene poca agua y la calefacción seca el aire interior. A menudo es necesario recurrir a un humidificador. En verano, el aire más cálido y húmedo requiere una mayor ventilación y, en algunas regiones, el uso de aire acondicionado o un deshumidificador para evitar el exceso. Adaptar la regulación según la estación permite mantener un confort óptimo durante todo el año.
Cada habitación de la casa tiene sus particularidades y sus necesidades de humedad. Para mantener el nivel ideal, es necesario controlar atentamente la higrometría doméstica a lo largo del año para tomar las medidas necesarias en caso de necesidad.