¿Cómo comprobar si la miel es natural? Haz una prueba rápida con una cucharilla

La miel es un tesoro dorado de la naturaleza que no solo deleita el paladar, sino que también favorece nuestra salud. Es un apreciado complemento para repostería, muesli o té. Sin embargo, en un mundo en el que la autenticidad de los productos a menudo cede el paso a los beneficios económicos, ¿cómo podemos asegurarnos de que compramos miel auténtica y natural, y no una imitación artificial más barata? A continuación te presentamos algunos métodos caseros que te ayudarán a despejar tus dudas.

La miel auténtica es el resultado del trabajo de las abejas, que la producen a partir del néctar de las flores o del rocío. No solo es sabrosa, sino que también está llena de valores nutricionales y propiedades saludables. Refuerza el sistema inmunológico, tiene propiedades antibacterianas y es una fuente de enzimas valiosas. No es de extrañar que se haya utilizado durante siglos tanto en la cocina como en la medicina natural.

La miel auténtica es el resultado del trabajo de las abejas, que la producen a partir del néctar de las flores o del rocío.

Sin embargo, como suele ocurrir con los productos de primera calidad, la miel natural no es precisamente barata. Y donde hay un precio alto, aparece la tentación del fraude. En el mercado no faltan mieles artificiales que, aunque tientan por su precio más bajo, tienen poco que ver con el auténtico producto apícola. ¿Cómo reconocerlas?

La etiqueta no siempre dice la verdad

Aunque los fabricantes están obligados a etiquetar sus productos de forma fiable, la realidad es a veces diferente. Incluso la miel anunciada como natural puede estar enriquecida con jarabes de azúcar, colorantes artificiales u otros aditivos. Entonces, ¿cómo no dejarse engañar por la etiqueta? La clave está en unas sencillas pruebas que se pueden realizar en casa.

El primer método solo requiere un vaso de agua fría y un poco de miel.

La prueba del vaso

El primer método solo requiere un vaso de agua fría y un poco de miel. Basta con verter delicadamente una cucharadita de miel en el recipiente y observar cómo se comporta. Si el miel cae al fondo y se disuelve muy lentamente, formando finos hilos, es una buena señal. Este efecto indica la densidad natural y la presencia de enzimas características del miel auténtico.

Prueba de la cucharilla

El segundo método es igual de sencillo. Coge miel con una cucharilla y luego dale la vuelta sobre un plato. Observa cómo cae la miel. Si forma un hilo uniforme y continuo, que no se rompe ni gotea, se trata de un producto natural. En el plato, esta miel debería formar una pequeña pirámide, lo que es otra prueba de su autenticidad. Sin embargo, si la miel se derrama hacia los lados como si fuera sirope, lo más probable es que haya sido procesada artificialmente.