¿Compras embutidos frescos en la tienda a un precio considerable y, al cabo de dos días en la nevera, parecen llevar allí al menos una semana? Es una situación habitual en los hogares polacos y no siempre se debe a la mala calidad de la carne. A veces, nosotros mismos contribuimos a acortar la vida útil de los embutidos. Hay un error muy común.
No se trata en absoluto de la temperatura adecuada del frigorífico ni de la bandeja concreta en la que deben colocarse los embutidos, aunque, por supuesto, eso también es importante. El problema es algo muy sencillo, pero que para muchos no resulta obvio.
Lo peor que se puede hacer con los embutidos en el frigorífico. Se estropearán enseguida
Los embutidos son un elemento habitual de nuestra dieta, pero un almacenamiento inadecuado puede provocar que se estropeen rápidamente e incluso causar intoxicación alimentaria. Es fundamental un envasado adecuado: ¿sabes cómo hacer para que el jamón o la salchicha se mantengan frescos el mayor tiempo posible?
El error más común es dejar la carne en su envase original de plástico o papel con acabado plástico, lo que aumenta la humedad del producto. Los expertos aconsejan que, al volver de la tienda, se vuelva a empaquetar la carne y se le proporcione acceso al aire, pero protegiéndola del secado. La solución ideal es utilizar papel pergamino o papel especial para embutidos, que gracias a sus propiedades resistentes a la grasa y al agua ayuda a mantener la frescura durante más tiempo.
También es muy importante no tocar los embutidos con las manos sucias. Esto favorece el desarrollo de microorganismos y acelera su deterioro. Antes de manipularlos, lávese las manos y, a ser posible, utilice guantes.
¿Cómo se deben conservar los embutidos?
Recuerde que los embutidos deben conservarse a una temperatura no superior a 5 °C y consumirse en un plazo máximo de cuatro días. Sin embargo, si planeamos conservarlos durante más tiempo, vale la pena invertir en el envasado al vacío, un servicio disponible en algunas carnicerías. Antes de las fiestas o las reuniones familiares, vale la pena considerar la inversión en un equipo especial para el envasado al vacío.
Para los jamones ahumados y las salchichas secas tradicionales, la opción óptima son los recipientes de vidrio, que no absorben los olores. Como alternativa, vale la pena elegir cajas de silicona, que no afectan al sabor y son resistentes a las bajas temperaturas, ideales para el congelador.
