Úsalo en la cocina en lugar de sal. Será mucho más saludable y sabroso.

Recurrimos a la sal casi por instinto. Basta con una pizca para que el plato adquiera sabor y carácter. Sin embargo, este aditivo en exceso puede ser un enemigo peligroso para nuestra salud. Aunque parezca insignificante, su consumo excesivo tiene graves consecuencias, desde la retención de líquidos en el organismo, pasando por el aumento de la presión arterial, hasta un mayor riesgo de enfermedades cardíacas.

No es de extrañar que cada vez se hable más de la necesidad de reducir la sal en la dieta. Pero, ¿cómo hacerlo sin renunciar al sabor intenso de los platos? La respuesta es sencilla: utiliza un sustituto más saludable.

En lugar de sal, añada ajo a los platos

Se sabe desde hace tiempo que el exceso de sal en la dieta es perjudicial para la salud del corazón. ¿Puede el ajo ser una alternativa saludable? Los nutricionistas coinciden: sí.

En lugar de salar, añada ajo a los platos

Tiene un efecto cardioprotector: reduce los niveles de triglicéridos y colesterol LDL «malo». De este modo, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Es un excelente sustituto de la sal, ya que ayuda a reducir el consumo de sodio, que en exceso puede provocar problemas cardíacos.

El ajo es la estrella entre las especias. Fresco, seco o granulado, aporta profundidad y sabor a los platos, por lo que no sentimos la necesidad de añadir sal. Su intenso aroma combina perfectamente con la carne, el pescado, las verduras, las salsas o la pasta. Sin embargo, el ajo no solo tiene sabor, sino que también es un «antibiótico» natural.

Propiedades beneficiosas del ajo

La alicina que contiene, un compuesto sulfuroso con un fuerte efecto bactericida, antiviral y antifúngico, ayuda a nuestro organismo en muchos aspectos. El ajo reduce el nivel de colesterol LDL «malo», regula la presión arterial y fortalece el sistema inmunológico. El consumo regular de esta especia puede proteger el corazón y el sistema circulatorio, además de ayudar al organismo a combatir las infecciones.

Pero eso no es todo. El ajo también tiene propiedades antiinflamatorias y desintoxicantes. Ayuda al funcionamiento del hígado, favorece la digestión y contribuye a eliminar toxinas del organismo. Además, los estudios sugieren que puede tener efectos anticancerígenos, especialmente en el contexto de los cánceres de estómago y colon.