Las bebidas dietéticas parecen ser una alternativa saludable a las bebidas azucaradas clásicas: no contienen azúcar, tienen cero calorías y a menudo se consideran una «opción más segura». Desde el punto de vista fisiológico, la cuestión es más compleja. Cada vez más estudios indican que su consumo regular, y especialmente diario, puede afectar al metabolismo, los riñones, la presión arterial, el estado del corazón e incluso el esmalte dental.
pH ácido y erosión del esmalte
Las bebidas dietéticas, a pesar de no contener azúcar, tienen un pH bajo debido a la presencia de ácidos fosfórico y cítrico. Es precisamente la acidez, y no el edulcorante, la responsable de la erosión del esmalte. La OMS señala que las bebidas ácidas pueden debilitar la superficie del diente, aumentando la susceptibilidad a la hipersensibilidad y las caries.
Los estudios dentales de Penn Dental Family Practice confirman que el consumo regular de bebidas con un pH bajo acelera la desmineralización del esmalte, incluso si no contienen azúcar.
Riesgo de diabetes tipo 2
Varios estudios de cohortes a gran escala han señalado la relación entre el consumo de bebidas «light» y los trastornos del control glucémico. En el estudio MESA, las personas que bebían bebidas light desarrollaban con mayor frecuencia síndrome metabólico y diabetes tipo 2.
El edulcorante más popular. ¿Es perjudicial?

En el estudio Northern Manhattan Study, el consumo de una lata de bebida dietética a la semana se asoció con un 67 % más de riesgo de diabetes. Una relación similar se confirmó en un estudio japonés con hombres de mediana edad.
Los mecanismos aún se están investigando, pero los trabajos en curso sugieren que los edulcorantes artificiales pueden afectar a la sensibilidad a la insulina y a la microbiota intestinal.
Carga renal y riesgo de daño renal
Las bebidas dietéticas suelen contener fosfatos y edulcorantes que se metabolizan en los riñones. El análisis de más de 3000 participantes en el estudio NHANES reveló que las personas que bebían más de dos raciones al día presentaban un deterioro más rápido de la función renal.
Además, la diabetes y la hipertensión, cuyo riesgo aumenta en las personas que beben regularmente bebidas dietéticas, son los dos factores más importantes que conducen a la enfermedad renal crónica.
Aumento del riesgo de hipertensión
Los metaanálisis muestran que las bebidas que contienen sustancias intensamente edulcorantes pueden elevar la presión arterial. En un análisis de 15 estudios publicado en «Archives of Cardiovascular Diseases», cada porción diaria de bebida dietética se asoció con un aumento del riesgo de hipertensión de aproximadamente un 9 %.
Otros metaanálisis sugieren que los edulcorantes artificiales pueden estimular las reacciones inflamatorias y el estrés oxidativo en la pared de los vasos sanguíneos. Esto significa que eliminar el azúcar no siempre elimina el riesgo para el sistema cardiovascular.
Posible efecto sobre el ritmo cardíaco

Estudios más recientes publicados en Circulation sugieren una relación entre las bebidas azucaradas y una mayor incidencia de arritmias. En un amplio análisis de cohortes, el consumo de más de 2 litros de bebidas dietéticas a la semana aumentaba el riesgo de fibrilación auricular en aproximadamente un 20 %.
Los investigadores sospechan que los edulcorantes artificiales pueden afectar a la microbiota, provocar un aumento de los procesos inflamatorios y alterar el equilibrio metabólico, lo que, en consecuencia, afecta al sistema electrofisiológico del corazón.
Sin azúcar, pero con riesgo
Las bebidas «cero» suelen contener los mismos tipos de edulcorantes que las bebidas dietéticas, solo se diferencian en su perfil sensorial y en su comercialización. Dado que se producen desde hace menos tiempo, hay aún menos pruebas científicas, pero los estudios realizados hasta ahora no han demostrado que sean más saludables.
Además del agua, vale la pena considerar:
- tés sin azúcar: ricos en polifenoles, favorecen la salud cardiovascular.
- Agua de coco: contiene electrolitos y pocas calorías.
- Agua con gas sin aditivos: neutra para el metabolismo.
- Aguas de frutas: una ración de antioxidantes sin un gran aporte de azúcar.
- zumo de sandía diluido en agua, que contiene electrolitos naturales y licopeno,
- tés de hierbas, ricos en catequinas que favorecen el metabolismo.
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