¡Unas pocas gotas en el agua de limpieza bastarán para obtener un resultado impecable, incluso para los menos motivados!
¿Sabías que un día de otoño puede ser ideal para limpiar las ventanas? Antes del invierno, puede ser una buena idea limpiar las ventanas aprovechando los días nublados (¡y sin lluvia!) de otoño. Sin mucho calor ni cristales demasiado fríos para limpiarlos bien sin dejar marcas, los días de octubre son el momento ideal… ¡siempre y cuando no llueva mientras los limpiamos ni en las horas siguientes! Para ello, cada uno tiene, evidentemente, su método, su producto favorito, sus trucos de la abuela o su spray «milagroso» comercial, a menudo caro y no siempre muy eficaz.

Aquí es donde entra en juego un producto muy conocido por los profesionales de la limpieza.
Este producto natural, económico y fácil de encontrar en farmacias, tiene numerosas propiedades. Este pequeño líquido tan práctico es la glicerina. Hidratante y emoliente, la glicerina se utiliza en cosmética, pero también sirve para proteger ciertos revestimientos y superficies, como el cristal de las ventanas. Y lo mejor de todo es que este método es económico. Solo cuesta unos pocos euros un frasco clásico de glicerina de 250 ml, disponible en farmacias, droguerías o incluso en grandes superficies.
¿Su secreto?
Esta «esponja natural» forma una película microscópica e invisible sobre el cristal. El resultado: las partículas de polvo se adhieren menos, el agua deja menos marcas y la limpieza se convierte en un juego de niños. ¡Se acabaron las molestas marcas que te obligan a volver a empezar!
Para aprovechar este truco, solo necesitará un litro de agua tibia, 2 o 3 gotas de glicerina vegetal, 2 paños de microfibra limpios y un pulverizador si, por ejemplo, tiene ventanas panorámicas. Primero, mezcle la glicerina con el agua. A continuación, saca el pulverizador y rocía el cristal o humedece ligeramente un paño de microfibra con él. Pásalo por toda la superficie, de arriba abajo, sin frotar demasiado fuerte. Espera unos treinta segundos, no más, para evitar que el producto se pegue.

Por último, seque con el segundo paño perfectamente seco para eliminar cualquier resto. Sus ventanas mantendrán su brillo durante varias semanas, incluso dos meses, salvo en condiciones extremas. ¡Algo que hará las delicias incluso de los más reacios a las tareas domésticas, que solo tendrán que pasar una vez más este invierno! Último consejo: si sus cristales están muy sucios, límpielos primero de la forma habitual antes de pasar a la glicerina.