¡«Clac» en plena noche! Los ruidos nocturnos del frigorífico pueden resultar intrigantes, incluso inquietantes. ¿Qué ruidos son normales y cuáles pueden ser signos de un problema?
A todos nos ha sorprendido, despertado o intrigado alguna vez los ruidos fuertes y secos del frigorífico, especialmente por la noche, cuando la casa está en silencio. ¿Es señal de un mal funcionamiento, de un ajuste incorrecto o, peor aún, de una avería inminente? Repasamos estos diferentes ruidos y sus causas.
Muchos se preguntan si estos sonidos son señal de un mal funcionamiento
Un ajuste incorrecto o, lo que es peor, el anuncio de una avería inminente del aparato. En la mayoría de los casos, puede estar tranquilo, ¡estos golpes forman parte del funcionamiento normal del frigorífico! A menudo se deben a la dilatación de las piezas internas debido a las variaciones de temperatura. De hecho, el ciclo de enfriamiento y descongelación se repite varias veces al día, lo que provoca estos ruidos. La apertura frecuente de la puerta también puede provocar un calentamiento repentino del aparato, de ahí estos sonidos.

En los modelos más antiguos, el ruido también puede provenir del hielo que se desprende de las paredes del congelador. Los frigoríficos recientes, a menudo del tipo «frío ventilado» (frost free), ya no acumulan escarcha. Sin embargo, siempre pueden producirse golpes debido a los movimientos naturales de los materiales que componen el aparato. A veces, incluso se puede percibir la circulación del fluido refrigerante en los tubos, lo que también es totalmente normal.
No obstante, algunos sonidos inusuales merecen su atención, ya que pueden indicar un problema
Silbidos, zumbidos muy fuertes o ruidos excesivos procedentes del compresor pueden ser señal de piezas sucias, desgastadas o incluso rotas. Pueden producirse vibraciones anormales si el aparato no está bien nivelado o si las bandejas interiores están mal fijadas, lo que amplifica las molestias sonoras.

Preste también atención si estos ruidos van acompañados de otros síntomas preocupantes, como una disminución de la potencia de refrigeración, malos olores, fugas o sobrecalentamiento en la parte trasera del aparato. En ese caso, es muy probable que se trate de un fallo técnico que requiera una intervención. Para prevenir cualquier avería, lo mejor es, evidentemente, realizar un mantenimiento periódico de su preciado «frigorífico». La descongelación frecuente es el primer paso, que debe completarse con una limpieza regular del interior, pero también y sobre todo de la parte trasera del aparato, donde se acumula el polvo que puede dificultar la refrigeración y la buena ventilación del aparato.