Los ingredientes determinan el carácter de la pizza, pero sin una buena masa, ni siquiera los ingredientes más sofisticados y de alta calidad servirán de nada. Y aunque preparar la masa por uno mismo puede parecer difícil, en realidad es cuestión de práctica. El tipo de harina también es fundamental. Explicamos cuál es la mejor y por qué es tan importante.
En realidad, la base de la pizza se puede hornear con cualquier harina. Pero solo una proporcionará la consistencia perfecta de la masa. Los italianos solo utilizan harina tipo 00, que es excepcionalmente suave y homogénea, ya que contiene cantidades mínimas de minerales. Esta harina es muy ligera y, literalmente, parece polvo blanco. Gracias a ella, la base de la pizza quedará crujiente, quebradiza y muy fina.
Sin embargo, si prefieres una masa más esponjosa y leudada, es mejor elegir una harina de tipo un poco más alto, por ejemplo, 720 o 650. También es importante tamizar la harina antes de empezar a hacer la pizza.
¿Cómo hacer una auténtica pizza italiana en casa?
Los maestros culinarios italianos de Nápoles, considerada la capital de la pizza, revelan que la clave del éxito es el tiempo. Para que la masa de la pizza alcance un sabor único, necesita hasta 24 horas para fermentar.

Al amasar la masa, recuerda no excederte con la cantidad de harina. Sin embargo, si la masa resulta demasiado dura, puedes intentar añadir 1-2 cucharadas de aceite de oliva o aceite vegetal y, si es necesario, un poco de agua para conseguir la consistencia deseada.
La pizza italiana, horneada en hornos tradicionales de piedra alimentados con leña, alcanza temperaturas de hasta 500 °C. Esto le da un sabor excepcional. Aunque es difícil alcanzar esta temperatura en casa, hay formas de acercarse al original.
Empieza por poner el horno a la temperatura máxima: si tienes un modelo estándar, 250 °C será la temperatura óptima. Sin embargo, si sueñas con una pizza como la de una pizzería italiana, elegir un horno con función específica para hornear pizza puede ser la solución perfecta.

**Una base crujiente: ¡el secreto de la pizza casera al descubierto!** El mayor reto para muchos aficionados a la pizza es conseguir una base perfectamente crujiente. Aquí, la superficie sobre la que horneamos nuestra pizza juega un papel fundamental. Invertir en una piedra especial para pizza puede cambiar por completo el juego en tu cocina. Calentada a alta temperatura, la piedra imita las condiciones de un horno de piedra real, lo que permite conseguir un efecto similar al original.
No solo la harina. Estos ingredientes también son importantes
Para conseguir una textura perfecta de la masa, dos ingredientes populares que seguro que tienes en tu cocina pueden resultar clave: el azúcar y la sal. Si prefieres una masa más gruesa, se recomienda utilizar más azúcar que sal; la proporción de una cucharada de azúcar por una pizca de sal puede ser el punto medio ideal.
Sin embargo, si sueñas con una masa fina y crujiente, la clave del éxito será el equilibrio entre estos ingredientes. La receta para conseguir una masa crujiente es una sencilla combinación: una cucharadita de azúcar y una cucharadita de sal.
No olvidemos tampoco el aceite de oliva, que es otro elemento importante en la receta de la masa de pizza perfecta. El aceite de oliva no solo aporta humedad, sino que también contribuye a la textura crujiente de la masa. Si tu objetivo es preparar una masa de pizza fina, no dudes en utilizar una mayor cantidad.